Guía muy practica para identificar y activar tus zonas erógenas
Pensar que los genitales son la única zona erógena del cuerpo, es un error común. De hecho, se puede llegar al orgasmo estimulando otras partes del cuerpo. El orgasmo es una experiencia más mental que física.
Lograr que una relación sexual sea placentera depende mucho de la situación mental de cada persona, pero principalmente del conocimiento que tengamos de nuestro propio cuerpo. Las zonas erógenas existen y son diferentes en cada persona por lo que no existe una fórmula mágica para dar placer, sin embrago ayuda el hecho de conocer qué partes del cuerpo son, por lo general, las más erógenas.
Nuestro cuerpo está envuelto por piel y por zonas muy sensibles que nos pueden llevar a descubrir sensaciones altamente excitantes. Estas se llaman zonas erógenas, las cuales son aquellas partes del cuerpo (que no son los genitales), que al ser debidamente estimuladas, producen un gran placer sexual y una gratificante experiencia para el ritual del ¡Cuac!.
Estas zonas del cuerpo poseen un gran número de terminaciones nerviosas o una alta sensibilidad que nos llevaran al placer y a la excitación erótica.
Tipos de Zonas Erógenas
Existen dos tipos de zonas erógenas.
Las primarias: en las personas con vulva, las zonas erógenas primarias serían el clítoris (cuyo fin es el placer y tiene más de 80.000 terminaciones nerviosas) y la vulva (con todas sus partes, labios externos, internos, entrada de la vagina, vagina, Punto G…).
En las personas con pene, las zonas erógenas primarias serían el glande (una de las partes del pene donde más terminaciones nerviosas se concentran), los testículos y el tronco del pene.
Las secundarias: la similitud entre hombres y mujeres se hace notable. Y aunque todo depende de cada persona, de nuestros gustos y necesidades. Las identificamos por ser zonas con mayor sensibilidad. Destacan, el cuero cabelludo, el cuello, la nuca, las orejas, los lóbulos de las orejas, los labios, el escote, los pechos, los pezones, los hombros, la cara interna de los brazos, las muñecas, la espalda, la parte final de la espalda, los glúteos, el vientre, la parte interna de los muslos y la trasera de las rodillas.
Todas las personas tenemos zonas erógenas, aunque no para todo el mundo son las mismas. Recuerda que dependerá de cada persona. No depende ni del género ni de otra condición, todo va en función de lo que a cada uno le guste más. Dejando de lado las zonas erógenas primarias, el resto de éstas no dependen tanto del sexo de las personas, si no de lo sensible que se tenga esa zona y de la forma que vinculamos de forma positiva el estímulo o placer que nos genera.
Sí hay zonas que coinciden entre hombres y mujeres, pero todo dependerá de la persona, sus gustos, sus terminaciones nerviosas y su vinculación positiva y excitante con esa zona del cuerpo. La principal diferencia entre hombres y mujeres en este aspecto son las zonas erógenas primarias o genitales.
Según estudios los labios, encabezan la lista del mapa erógeno, enseguida están el cuello, los pezones, la parte interna de los muslos, la nuca y las orejas.
La zona perianal (que va desde los testículos al ano) en el hombre, es una de las zonas erógenas distinguida por ambos sexos, debido a la gran concentración de terminaciones nerviosas que le hace especialmente sensible y excitable; y es que es la zona donde se encuentra el Punto G de los hombres, llamado Punto P, al estimularse la próstata.
Otras zonas erógenas para los hombres son la cara interna de los glúteos o el ano. ¿Y en la mujer? Destacan los glúteos, la presión o las caricias en esta zona genera en muchas mujeres una gran estimulación. Los pechos y/o los pezones de la mujer. La zona lumbar, por detrás o por el vientre.
El primer paso para lograr una estimulación de las zonas erógenas de cada persona, es conocer cuáles son. Por tal razón es fundamental el autoconocimiento, el juegueteo, descubrir, compartir y comunicar a la pareja.
Para enseguida preparar el ambiente y hacer ¡Cuac!, comenzado poco a poco por las partes externas del cuerpo y dejar las zonas erógenas cercanas a los genitales para el final.
Usar los dedos u objetos con diferentes texturas, como plumas, frutas o hielo (o juguetes de elpatitodehule.com) para estimular la zona y no olvidemos los sentidos:
Oídos: gemidos, frases picantes, propuestas que anticipen al placer.
Gusto: descubrir diferentes sabores, texturas y temperaturas (un hielo, una fruta, nata, tu lengua caliente… un vibrador liquido de la marca Orgie).
Olfato: usar velas o aceites.
Tacto: combinar presiones, texturas, pellizcos, mordiscos, caricias o usar la lengua, los dientes, los labios, un objeto.
Vista: jugar con dejar ver o no y jugar con la imaginación.
No importa la forma en que decidan y acuerden activar sus zonas erógenas… lo importante siempre mis Pat@s amigos es… Let’s Love Play! Y nunca dejemos de hacer ¡Cuac!
Mr. Pato
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